¿Recuerdas la última vez que pudiste vivir sin miedo? ¿Puedes recordar la última vez que querías hacer algo con todas tus ganas, pero no lo hiciste? ¿Qué te detuvo?

¿Qué hizo que cambiases de opinión? ¿Era una vocecita dentro de tu cabeza?

¿Alguna vez te has parado a pensar de quién o qué es esa voz? Es el miedo

Paulo Coelho dice que no es el coraje lo que nos lleva al éxito, sino nuestra voluntad. Coelho afirma que la voluntad es lo que nos proporciona la determinación y la dedicación requerida para perseguir nuestros sueños, y no la ausencia de miedo.

Si miramos a todas las personas exitosas del mundo, como Gandhi, Steve Jobs, o Nelson Mandela, todos ellos poseen la fortaleza de seguir adelante.

Tipos de «MIEDO»

Generalmente nos encontramos ante 2 clases de miedo: el sano y el No sano.

Los miedos sanos son ACCIONES PREVENTIVAS, para sobrevivencia humana, como el ponerse el cinturón de seguridad al subirte al carro, enseñarles a tus niños a voltear a los lados a cruzar la calle, detener el auto ante un semáforo en rojo, etc.

Los miedos sanos son basados en razonamientos válidos

El miedo no sano, ES UN MIEDO ILOGICO, basado en la ignorancia, donde la persona se paraliza, vive sentimientos encontrados sin entendimiento aparente, como una obsesión latente y consecuencia genera enojo o sufrimiento.

El miedo sano, previene el sufrimiento.  Y el miedo No Sano, te da sufrimiento. Te pone ante una situación incómoda, que se originó y vive en el pasado. Está enfocado en un sucedo del pasado.

Esto es porque el miedo es una sensación desagradable, donde nos negamos a perder algo que queremos (incluso lo que actualmente tenemos de conocimiento). Se niega a sufrir, por no querer perder algo que tú estimas desde tu felicidad y seguridad.

El miedo no sano está caracterizado con un «Va a acabar conmigo y no quiero, me hará sufrir»

El miedo es una actitud mental, que quiere prevenir el sufrimiento. Sino se canaliza, sino se purifica, el miedo puede controlarte a ti. Es mucha energía mental que canalizar y cortar de raíz. Analiza ¿de dónde se originó mi miedo?

Sean cuales sean tus miedos, este se originó en un dolor mental basado en una experiencia de sufrimiento, lo aprendimos con una mente no sana (estresada por ejemplo), una mente incorrecta. Pensamos que el dolor venía de afuera (en lugar de nuestro interior). Y cada que se vuelven a reunir causas similares reaccionamos con miedo, es decir una acción mental y por consiguiente respondemos con acciones físicas incorrectas.

Por ejemplo: asumamos que camino a tu casa, hay un callejón opcional como atajo. Un buen día de tantos, cruzas el callejón y te asaltan, el momento realmente fue incómodo y de sufrimiento, y se generó un miedo en base a ese trauma. Asumamos que ya han pasado 15 años, y al pasar por ese callejón, o callejones similares, tu miedo de aquél recuerdo de hace 15 años, te hace revivir el recuerdo y el momento una y otra vez. Hasta el punto que le tienes miedo a los callejones (sin importar en qué ciudad estés).

¿Qué pasa entonces?

Al responder de esta forma, volvemos a empezar el ciclo (vivir en el pasado). El miedo es un eslabón, el primer vínculo es la manera errónea de aprender la situación. Hay una experiencia de dolor en el pensamiento (continuo mental) que no entendemos. Debemos canalizar nuestro dolor (en el caso del ejemplo un trauma), de otra manera.
El miedo está relacionado con perturbaciones específicas. Hay temores relacionados con el apego, al enojo y al egoísmo.

Por ejemplo, ¿con qué intento protegerme del sufrimiento de la vejez? Puedo darte muchos ejemplos, pero en resumen esto sería apego a nuestro cuerpo y a esta vida… La solución al miedo a la vejez es muy simple, somos impermanente, no somos eternos, moriremos eventualmente, esto se acepta con sabiduría y paciencia… Recuerda que el miedo se genera a raíz de una experiencia de dolor y surge cuando vemos una situación, animal, persona con las mismas características o nos encontramos en una situación incómoda que no nos gusta y surgen acciones de rechazo, repulsión, apego, relacionado con el enojo, estimación propia, sintiendo que la persona, situación, animal, etc nos dañará y entonces queremos huir o entramos en crisis.

La mente no quiere enfrentar a lo que no le gusta, al intenso deseo de no sufrir: la reacción es involuntaria… Sin embargo, hay que hacer más voluntaria nuestra experiencia.

¿Cómo enfrentar el miedo?

La cadena inicia con una experiencia de sufrimiento… ya te has preguntado:

  • ¿De dónde viene esta experiencia?
  • ¿Dónde está tu miedo?
  • ¿Adentro o fuera de tu mente?

El miedo es una relación negativa con el objeto que percibimos (o situación) y que nos ocasiona dolor, aprensión, sensación incorrecta, ilógica y por consiguiente tiene una reacción…Y entre más tiempo dejes tus temores en tu mente y corazón, este albergará más temores.

Por consiguiente, cuando te enfrentes a una situación de gran temor o miedo, sea cual haya sido el origen.
Es decir, controla la situación, cada vez que sientas miedo, reacciona diferente. Puesto que los problemas, el sufrimiento y la infelicidad no existen fuera de la mente misma, sino que son sensaciones que forman parte de nuestra mente.

Por lo tanto, la única manera de solucionar nuestros problemas de manera permanente, es entender la situación, enfrentar nuestro miedo de forma creativa y diferente a lo que comúnmente hacemos, y de esta manera, en lugar de tener temor, habrá amor o liberación, en lugar de parálisis, habrá sabiduría.

RESPONDE DE UNA MANERA OPUESTA
A TU PROPIA TENDENCIA
Y SI ROMPES LA TENDENCIA
ROMPES LA EXPERIENCIA.

Venciendo mis miedos

Debes ahondar en ti y conocerte, ¿a qué le has tenido miedo? ¿Qué te ha paralizado o limitado? ¿Tienes miedo a algo tangible, como las cucarachas o las alturas? Tal vez tienes miedo al fracaso, al cambio o a otra cosa que sea más difícil de determinar. Independientemente de lo que te dé miedo, aprende a reconocerlo, enfrentarlo y apoderarte de ello de forma que nada pueda refrenarte en la vida.

1. Reconoce cuando los miedos se vuelvan abrumadores. Es normal sentir miedo, analiza, el miedo que sientes es sano o no sano. Por ejemplo comenzar nuevo como un nuevo trabajo, causa inquietud y.. ¿miedo?. Si tu inquietud te paraliza, entonces es un miedo no sano y está tomando el control de tu vida… comienza a afectar tu funcionamiento, y sin desearlo ¡Ya tienes un problema!. Reflexiona sobre tus miedos y toma nota de cuánto afectan tu vida. ¿Tus miedos evitan que sigas adelante con lo que quieres en la vida? Las siguientes son algunas consideraciones:

  • Tu miedo te ocasiona ansiedad o pánico intenso.
  • Reconoces que tu miedo no es racional.
  • Evitas lugares o situaciones específicas.
  • El evitar el miedo te ocasiona angustia e interfiere con tu funcionamiento.
  • El miedo ha persistido durante 6 meses o más

2. Reconoce tus miedos específicos. Es fácil ignorar o negar tus miedos, incluso a ti mismo. Sin embargo, la valentía no puede entrar en juego a menos que tengas un miedo que enfrentar. Al reconocer tus sentimientos, has tomado el primer paso hacia obtener el control de la situación. Ponle nombre a tu miedo, si este miedo no sano se da a conocer inmediatamente (por ejemplo: miedo a las cucarachas, miedo a las alturas, etc).

3. Comprende sus detonantes y cuestiona el poder que ya tiene sobre ti. ¿Es algo obvio, como ver una cucaracha o serpiente en la cochera? ¿El recibo de la luz o del teléfono lo que te da ansiedad? Averigua todo lo que desencadena tu miedo. Mientras más comprendas tu miedo, mejor. ¿Evitas visitar a tu familia en otro estado porque no quieres subirte a un avión? ¿evitas las reuniones familiares porque sabes que estará la tia que te pregunta cada que te ve… «y cuándo te casas, y/o cuando me harás tia nuevamente»? ¿ Averigua exactamente qué poder tiene tu miedo sobre tu mente y tu comportamiento.

4. Imagina el resultado que deseas. Ahora que comprendes mejor tu miedo, piensa en lo que quieres cambiar exactamente. Piensa en ti mismo experimentando la vida sin tu miedo. ¿Cómo te sientes? Por ejemplo:

  • Si tu miedo es el compromiso, imagínate feliz con una pareja.
  • Si tu miedo son las alturas, imagínate subiendo tranquilamente el Cerro de La Silla. Conecta con la sensación de logro.
  • Si tu miedo son las cucarachas, imagínate viendo una y sintiéndote neutro. Es más, sintiéndote enorme, las cucarachas miden aproximadamente 5 cm, ¿cuánto mides tú?

5. Identifica las falsas creencias. Muchos miedos están basados en creencias falsas o pensamientos catastróficos. Cuando ves una cucaracha, de inmediato gritas y te sube a la silla o a la cama, dando por hecho que te hará daño y que morirás. Identifica estos patrones de pensamiento y empieza a cuestionarlos. Investiga un poco en línea y comprende el riesgo real versus el riesgo percibido. Reconoce que el peor de los casos es altamente improbable.  Cuando surja tu miedo, haz una pausa y reflexiona sobre tu riesgo real. Contéstales a tus pensamientos negativos y falsas creencias y diles «Reconozco que las cucarachas son feas, les gusta arrastrarse por lo sucio y ¡¡¡encima vuelan!!! Pero seamos lógicos, mide menos de 5 cm. Es poco probable que me ataque y que yo muera en el intento de deshacerme de ella «.

6. Practica involucrarte con el miedo. El poder de etiquetar tus emociones es beneficioso para la autocomprensión y la inteligencia emocional. También parece que involucrarte con un miedo y verbalizarlo tiene un increíble poder para ayudarte a superar tus miedos y regular las emociones. Huir de los miedos nunca mejora la forma como te sientas al respecto. La próxima vez que experimentes un miedo, involúcrate verbalmente con él usando palabras que describan tu miedo y tu ansiedad. Por ejemplo: Te topas con cucaracha, reconoce que mide menos de 5 cm, así que enfréntala con gracia y astucia, puedes probar con: «Estimada cucaracha, soy más grande que tú, no deseo hacerte daño, por favor vete donde no pueda verte y no vuelvas, si lo haces usaré el insecticida». (Yo lo hice en casa y no más cucarachas).

7. Aprende técnicas de relajación. Cuando tu cuerpo experimenta miedo, muchos detonantes preparan a tu cuerpo para una respuesta de acción de «lucha o huida». Aprende a ignorar esta reacción contrarrestándola con técnicas de relajación. La relajación le dice a tu cuerpo que no hay peligro y que estás a salvo: ¡Respira! Inhala y exhala 5 veces. La relajación también puede ayudarte a lidiar con otras fuentes de estrés y ansiedad en tu vida.

8. Convierte tu miedo en una fuente de fascinación. Las mismas cosas a las que tememos incitan sentimientos de euforia e incluso pasión. Por eso las personas disfrutan de los deportes extremos, las películas de terror y nadar con tiburones en sus vacaciones. Trata de redefinir tu miedo de una forma positiva y reconoce la emoción que puede ofrecer. Cuando empiezas a ver al miedo como una fuente de energía, incluso podrías aceptar su papel en tu vida. (Por eso decidí comenzar a escalar)

Recuerda, para el miedo o traumas o problemas diversos, la receta secreta es:

RESPONDE DE UNA MANERA OPUESTA
A TU PROPIA TENDENCIA
Y SI ROMPES LA TENDENCIA
ROMPES LA EXPERIENCIA.

Autor: Amancay Sbondi.

 

AMANCAY SBONDI
Productos Integrativos.
info@amancay.com.mx
FUENTES:
Reflexiones basadas en la meditación guiada de Guen Kelsang Shima, monja budista
http://es.wikihow.com/vencer-el-miedo

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