El poder de la actitud y la empatía

Quizá en algún momento de tu vida llegaste a sentirte diferente a los demás, llegó a invadirte algún pensamiento en el cual te preguntaste ¿Por qué no puedo ser igual a los demás? ¿Por qué me siento diferente incluso con mi familia y amigos?Cuando tenemos problemas, ya sean emocionales, de salud, financieros, familiares, amorosos (entre otros), los sentimientos de desesperanza, desmotivación, desesperación y tristeza aparecen, y es cuando te llegas a sentir “Diferente” a los demás. Y esto es algo normal que puede ocurrirle a los seres humanos cuando tenemos algún problema.

Los problemas pueden llegar a afectarnos tanto, que se desencadenan situaciones y hábitos que normalmente no son nuestros, como: sentirnos muy mal físicamente, no tenemos apetito y no logramos conciliar el sueño, entre otras cosas.

¿Te ha pasado? Porque hay ocasiones en que llegamos a sentirnos menos que los demás, pensamos y creemos que quizá los amigos o las demás personas, son mejores que nosotros y que no podemos hacer lo mismo que los demás por sentirnos inferiores.

Normalmente, llegas a un punto donde te empiezas a creer que no tienes el potencial para poder hacer quizá una actividad que los demás sí pueden.

Pero…. ¿Qué tan cierto es?

Es completamente falso, todos tenemos la misma capacidad para desarrollar habilidades aprender y realizar las distintas actividades que deseemos lograr realizar o aprender. La diferencia está en la actitud y motivación que se tiene ante ciertas metas o situaciones, es por eso, que algunas personas les toma tal vez más tiempo que a otras el poder realizarlas o cumplirlas.

Entonces ¿Por qué me siento inferior a los demás?

Si estás pasando por esto, puede ser que no logres comprenderlo aún, porque te encuentras en un estado de inferioridad, tu actitud puede ser la clave para no observar y comprender que tú mismo pones tus barreras que determinan tu estado de ánimo, tu estado de emocional, fracasos y logros, los vas a determinar tú por medio de dos cosas:

  • El empeño que le pongas a lo que quieras realizar y
  • La actitud que muestres para enfrentar diferentes aspectos de tu vida.

¿Y por dónde comienzo?

Puedes iniciar cambiando tu Actitud, de ello dependerá que tu mentalidad sea distinta. Una Actitud Positiva genera cambios Positivos y una actitud Negativa genera cambios Negativos. Curiosamente sólo es cuestión de cambiar algunos pensamientos para transformar tu actitud.

Inicia con pensamientos y después con acciones, un paso a la vez y de forma constante. Por ejemplo, en vez de pensar… “no podré manejar esta situación, es un problema para mí muy complicado y no puedo resolverlo”, toma una Actitud Positiva. Recuerda que es temporal, y que así como has enfrentado otras cosas, esto también podrás hacerlo. Enfréntalo pensando… “yo puedo salir adelante con todos los problemas que se me presenten”, porque a todo tenemos que encontrarle tarde o temprano una solución.

Recuerda, es cuestión de Actitud. Ello te llevará a realizar las acciones adecuadas o mejores, lo cual te proporcionará la experiencia y sabiduría adecuada, para los momentos que vives o para evitar los problemas futuros en otras áreas de tu vida.

Si actualmente sientes que has perdido mucho en tu vida y tienes miedo de intentar cualquier otra cosa por miedo a seguir perdiendo ¿cuál sería la diferencia?

Te invito a que hagas la prueba una semana, empieza por cambiar tu Actitud Negativa a Positiva, puedes intentar viendo el lado bueno (aprendizaje) de todo aquello malo (relativamente) que te ha sucedido, por ejemplo: se te descompone el carro y debes ir en taxi o autobús porque se te hace tarde para el trabajo, eso sería lo malo… lo bueno, es que ese día no te tocará manejar, alguien más lo hará por tí, tú irás cómodamente viendo el paisaje que no sabes que existe, porque siempre estás ocupado manejando o esquivando carros mientras manejas.

Si haces este pequeño cambio durante una semana, te darás cuenta del gran cambio que tendrá en tí… ahora imagina, las cosas que podrás lograr al término de la semana.

Si continuas realizando pequeños cambios, pronto tendrás la sabiduría necesaria para realizar otros cambios de mayor impacto para tu propio bienestar y crecimiento en todos los niveles de tu vida. ¿Te atreverías?

Yo cambio mi actitud, ¿pero y los demás qué…?

A veces los seres humanos desconocemos el mundo de los demás, nos olvidamos completamente de amigos, familia o personas cercanas a nosotros. Podrá escucharse egoísta, si lo ves desde ese punto de vista pero es un hecho, que nos preocupamos más por nosotros mismos la mayor parte del tiempo sin darnos cuenta, que poco nos percatamos cuando alguna persona cercana a nosotros tiene algún problema parecido o quizá peor que el de nosotros. Porque pocas veces, ensimismados en nuestros problemas se nos olvida cultivar la empatía.

Llegamos a considerar, que tal vez como yo me encuentro tranquilo sin algún problema, la otra persona va a estar igual que yo. O a simple vista lo tiene todo… ¿qué problemas podría tener?, sería ilógico ¿cierto?, desafortunado yo, que batallo tanto cada día… ¿te ha pasado? ¿lo has pensado?

Estos juicios son un error lo sabes, porque todos los seres humanos por naturaleza, llegamos a tener algún problema en toda nuestra vida sin importar la edad o el tema. Hay personas que viven con complejas dificultades todos los días, si lo solucionan saben que existe la posibilidad que se le presente algún problema nuevo casi al día siguiente. ¿Lo dudas? Ve a un hospital donde hay niños pequeños enfermos de cáncer o alguna enfermedad extraña, o simplemente ve a pasar unas horas a un asilo de ancianos…. entre otras cosas… Y lo entenderás.

Es un hecho que es bueno tener Actitud Positiva, pero se complementará más si a eso le añades un poco de Empatía. La Empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones de otra persona, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo.

Esto hace que las personas se ayuden entre sí. Tener la capacidad de ponerse en el lugar del otro, a través de la empatía, ayuda a comprender mejor el comportamiento en determinadas circunstancias y la forma como el otro toma las decisiones.

La Empatía es una Actitud Positiva que permite establecer relaciones saludables, generando una mejor convivencia entre todas las personas a tu alrededor.

¿Y si decido no ser Empático? Tienes el derecho a no serlo, sólo debes estar consciente que el querer tener siempre la razón (no empatía), puede generarte ciertas dificultades, tales como:

  • Tener alguna discusión o problema con algún amigo, hijo o
  • Familiar al decirle algo que tal vez no le agrade.
  • Puede ocasionar falta de comunicación y comprensión con los demás, incluso contigo mismo
  • Malas relaciones sociales
  • Un ambiente laboral incómodo
  • Entre otras más.

Te preguntarás ¿Cómo puedo ser Empático?

Aprende a escuchar y escucha a los demás, antes de contestar o pensar. Si es tu caso eres jefe en una empresa, sería interesante escuchar opciones o soluciones de alguien más. Si eres madre o padre te será aún más de gran ayuda, ponte en el papel de tu hijo(a), acércate y pregúntale cómo se siente, apoya en lo que puedas recordando siempre, ¿Cómo te gustaría a tí que te hubieran apoyado tus padres si ese fuese tu caso?.

Verás como el solo hecho de realizar alguna acción por los demás te hará sentirte bien contigo mismo. Te permitirá entender mejor el mundo de la otra persona, lo que sucede a su alrededor, que incluso son similares en algo y mejor aún, entenderás el porqué de su estado de ánimo o actitud.

La Empatía, también te facilitará las relaciones sociales, puedes mejorar la comunicación con tu pareja, hijos, amigos, etc. Te sorprenderás de la manera en que puede servirte todas estas acciones. Piensa que cada quien puede tener un problema y depende de nosotros marcar diferencia. Pero empieza por tí para poder ayudar y entender a los demás, empieza por tí mismo y cambia tu mentalidad a Acciones Positivas, te darás cuenta que con un Actitud Positiva y Empática todo lo bueno puede ocurrir en tí.

¿Cómo logro una Actitud Empática?

La Empatía, se comienza a fomentar en la infancia, sin embargo, las habilidades Empáticas también se pueden potenciar y desarrollar si te lo propones. Por ello, te damos estos tips que conducen a mejores actitudes:

  1. Escuchar con la mente abierta y sin prejuicios. Sé respetuoso con los demás. Recuerda que todos pensamos diferente dependiendo nuestra educación y vivencias, el que las personas piensen diferente a tí o no te haga sentido lo que dicen, no quiere decir que estén equivocados, quiere decir que piensan diferente.
  2. Prestar atención y mostrar interés, por lo que nos están contando, ya que no es suficiente con saber lo que el otro siente, sino que tenemos que demostrárselo. Tendemos a pensar en otras cosas (como los pendientes, pagos, tareas, etc) mientras la otra persona (amigo, familiar, hijo, esposo, etc) se encuentra hablando. Recuerda, manifestar las vivencias o los sentimientos, en ocasiones no es fácil para todos o algunos, no te distraigas.
  3. No interrumpir mientras nos están hablando y evitar convertirnos en expertos que se dedican a dar consejos, en lugar de intentar sentir lo que el otro siente. Recuerda las situaciones en las que tú sólo querías desahogarte, en sacar de tu interior aquel sentimiento o situación a través del habla, no buscabas soluciones, sino que te escucharan, tampoco querías consejos, querías Empatía o consuelo. Si alguien te platica algo y solo sí te pregunta qué opinas, o qué le aconsejas, entonces comentas, sin querer imponer tu punto de vista, imagina que es a tí mismo a quien le das una opinión, sé sutil. Cuando tengamos que dar nuestra opinión sobre lo que nos están contando, es muy importante hacerlo de forma constructiva, ser sinceros y procurar no herir con nuestros comentarios.
  4. Aprender a descubrir, reconocer y recompensar las cualidades y logros de los demás. Esto va a contribuir, no solamente a fomentar sus capacidades, sino que descubrirán también nuestra preocupación e interés por ellos. Y si te es posible, coméntaselos. Eso sí, recuerda, los demás puede que no hagan lo mismo. Aprender a descubrir, es de beneficio para tí.
  5. Ten buena predisposición para aceptar las diferencias que hay con los demás, ser tolerantes y pacientes con los que nos rodean y con nosotros mismos.
  6. Cuando no sepas qué hacer o decir, guarda silencio. En ocasiones, te puedes topar con situaciones confusas, ajenas a tu experiencia y la Empatía en tí, puede no generarse. Si estás en ese momento, no comentas nada, guarda silencio. Si más adelante, tienes la oportunidad de platicar con esa persona y tienes las palabras adecuadas, entonces sólo hasta ese momento, dílas, antes no.
  7. Reflexiona y medita. La meditación en la “atención plena” y “reflexiva”, ayuda a darnos cuenta de nuestras actitudes en muchas situaciones, nos ayuda a calmarnos ante una situación confusa o desesperante, para después dar paso al entendimiento de lo que nos sucede. A la larga, esto nos ayuda a generar mayores virtudes, más allá de la Empatía. Recuerda que meditar, nos ayuda a encontrar las respuestas dentro de uno mismo, para tener la sabiduría necesaria en cada experiencia de vida.

Recomendaciones

La Empatía es una cualidad y habilidad social que se puede desarrollar y potenciar, la cual está presente en todos, aunque no siempre en el mismo grado.

Si los llevas a cabo, harás de la empatía la capacidad de entender los pensamientos y emociones ajenas de ponerse en el lugar de los demás, captar los mensajes verbales y no verbales y compartir sus sentimientos. La retribución será enorme ¡Inténtalo!

  • Tómate un tiempo y espacio donde estés solo, para meditar y reflexionar. Si realmente crees que vale la pena el ser o actuar negativamente, reflexiona que ventajas te arroja en tu vida y que beneficios podrías obtener al llevar a cabo un cambio de actitud.
  • Realiza actividades sanas, que mantengan tu mente despegada de los problemas, si bien no te ayudará a resolvernos, te ayudará a tener tu mente fuera del problema y podrás pensar con más claridad para resolver tu conflicto, cualquiera que éste sea.
  • Cambia tus hábitos, analiza e identifica aquellos que no te han permitido crecer, y busca los que sepas que si lo harán (ejemplo, levantarse temprano, acostarse temprano, meditar, ejercitarte, dejar el cigarro, dejar el café como único alimento matutino y añadir una dieta balanceada, etc)

Sin embargo, si esto no es suficiente, y sientes que no logras cambiar de actitud o sientes que no puedes entender a los demás, busca ayuda.  El cambio vale el esfuerzo. 

AUTOR: Psicólogo Roberto Azamar

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